José María Lebrón Zunzarren 

"No estaría mal que, en Primaria, los profesores dedicasen algo más de tiempo en explicar al alumnado la vida y milagros de los bichos".


¿Existe en tu vocabulario la palabra “contracorriente”?

Sí existe, como supongo que lo está en la mayoría de la gente con espíritu crítico, o simplemente no se conforma con lo establecido o lo que está "de moda".

“Es un bicho raro”

Más de joven que de adulto. Ahora nadie me lo dice, porque hago cosa variadas, intento no obsesionarme con nada en concreto y mi vida es bastante parecida a la de los que me rodean. Pero claro, el que abarca mucho aprieta poco...

Pequeños, desconocidos y odiados

Es curioso, los niños no suelen tener tendencia natural en contra de los invertebrados, sino más bien curiosidad. Son los adultos, con su ignorancia o sus fobias, los que los predisponen contra ellos. De todas formas, nuestra especie, por nuestro tamaño y hábitos alimenticios, no tiene previsto interactuar con los bichos, ni como presa ni como predador, al menos en occidente. En todo caso algunos de ellos nos pueden parasitar o picar para defenderse. La atención que les prestamos es puramente académica o por curiosidad. Espero que no se popularice lo de comer bichos, o acabaremos por extinguirlos. 

¿Sigues el rastro?

No tengo paciencia para seguir rastros, soy muy vago. 

¿Las luciérnagas guían tu camino en la oscuridad?

¡Qué más quisiera! Paso mi vida en un entorno urbanizado, y no puedo ver luciérnagas por la noche. Desde que era pequeño, en Erro, no las he vuelto a ver.

Alfileres, ¿sólo para coser?

De pequeño pinchaba bichos en tableros para hacer colecciones. Pobrecillos. Después hubo un parón de muchos años, y cuando conocí la fotografía digital, supe que aquella iba a ser la colección de bichos perfecta, sin muerte ni alfileres.

Ese momento…

Salir al campo ofrece momentos mágicos, en los cuales sin moverte del sitio parece como si vinieran los insectos a acercarse para que los fotografíe. En cambio, otros días vuelvo a casa aburrido y frustrado.

Una lupa en la tierra, ¿qué veremos?

Principalmente hormigas. Con su comportamiento tan cooperativo, se han adueñado del microcosmos, de la misma forma que las personas lo hemos hecho con el macrocosmos. Por supuesto, en el suelo, aparte de las hormigas hay otros bichos, generalmente depredadores. El suelo es la parte del entorno donde se libran más batallas por la supervivencia. Pero si queremos ver todavía más variedad de bichos, hay que enfocar la lupa a las plantas.

La vida, ¿es efímera?

Sí que lo es, sobre todo la de los bichos pequeños. Y sobre todo es peligrosa. No sabemos la suerte que tenemos de ser tan grandes. Además nos hemos deshecho de nuestros depredadores. Ahora sólo el hombre agrede al hombre, al menos en occidente.

Fobias, ¡libérame!

Imposible. Y con la edad aumentan los miedos y fobias. Ni siquiera un aficionado a los bichos como yo estoy libre de ellas. A éstas alturas, creo saber el nivel de peligrosidad o molestia de los bichos y cómo hacer frente al posible contacto con los más molestos, y aún así, cuando se me posa por sorpresa en el cuerpo algún insecto o araña, me recorre un escalofrío y doy un manotazo brusco para librarme de él. 

El desconocimiento agrede

Sí, no estaría mal que, en Primaria, los profesores dedicasen algo más de tiempo en explicar al alumnado la vida y milagros de los bichos. Oigo muchas tonterías, y siempre en función de si pican o no. Todavía veo textos antropocéntricos en los cuales se clasifica a los insectos en función de si resultan útiles o perjudiciales para el hombre. Es lo único que interesa a mucha gente sobre los pequeños animales.

Simbiosis

No sé lo que va a quedar de la antigua relación entre el hombre con el medio ambiente natural. Lo estamos envolviendo todo en hormigón, metal y plástico, y superpoblando el planeta. A ver si las futuras generaciones le dan menos importancia a acumular dinero y se preocupan más por los demás y por la Tierra.

 (Entrevista publicada el 4 de septiembre de 2017)

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